Hacia la Asamblea General de los Lugartenientes de la Orden: la Consulta 2023
¿Cómo se prepara la próxima Consulta de la Orden? ¿Cuál es el objetivo de este encuentro entre Lugartenientes de todo el mundo?
La Consulta es como una Asamblea general: todos los Lugartenientes se reúnen y comparan su manera de hacer las cosas. Muchos de ellos se reúnen por primera vez y vienen de países muy lejanos. Pienso, por ejemplo, en los Lugartenientes de Australia y del Pacífico, o en los de América latina, que han sufrido más que otros el alejamiento causado por la pandemia. Es una oportunidad para ellos no solo de escuchar de boca del Gran Maestre cuál es la evolución de nuestra Institución y qué programas queremos llevar a cabo, sino también de conocerse, de intercambiar conocimientos y experiencias. En una palabra, vivir juntos, en un clima de fraternidad, el espíritu de la Orden. Muchos de ellos se marcharán habiendo hecho nuevas amistades, que luego crecerán y se fortalecerán.
Para los europeos o norteamericanos, las oportunidades de reunirse son más frecuentes, y las visitas e invitaciones recíprocas se ven facilitadas por las cortas distancias. Pero para los que vienen de más lejos, la Consulta representa una oportunidad única de poder, al menos una vez en su mandato, acercarse a los hermanos que de otro modo nunca conocerían.
Soy un gran partidario del diálogo y del intercambio de experiencias: veo los beneficios de estas oportunidades de encuentro entre grupos de Lugartenientes que comparten lengua, cultura y tradiciones, intercambios que promuevo constantemente y que siempre dan sus frutos.
Pero más allá de este aspecto, está la necesidad de promover la unidad de la Orden, sobre todo después de la experiencia de Covid, que tanto ha cambiado nuestro modo de vida y nuestras relaciones. Es necesario unificar, respetando las tradiciones locales, la manera de vivir plena y fraternalmente la experiencia de pertenecer a la Orden del Santo Sepulcro, de rezar juntos con una sola voz. Recordemos que somos una Orden a la que no entramos por méritos, sino porque voluntariamente hemos pedido pertenecer a ella, aceptando su espíritu y obligaciones, y comprometiéndonos con su contenido espiritual y caritativo. Por eso el cardenal Gran Maestre ha elegido la formación como tema de esta Consulta: para que, a través de una visión común de la formación, haya unidad de propósitos y se cumpla plenamente el mandato que se nos ha confiado.
La formación de los miembros de la Orden es, por tanto, el tema importante de la Consulta. No hablamos solo de formación espiritual. ¿Cuáles son los aspectos de la formación que se abordarán?
La formación se divide en etapas sucesivas pero, si se quiere, integradas en un único objetivo. En general, el mayor esfuerzo de formación se dedica a la fase preparatoria del candidato para su ingreso en la Orden. Es evidente que se trata de un momento importante para comprender si las motivaciones que subyacen a la petición de ser acogido en la Orden son sinceras y si el candidato ha comprendido plenamente el compromiso que asume.
Pero la continuidad de la formación del Caballero y de la Dama que se comprometen con la Orden no es menos importante para mantener la llama original que determinó su ingreso en la Orden, y para asegurar que elementos negativos en sus vidas no les debiliten o alejen de su compromiso inicial. Por último, la formación de quienes están llamados a asumir funciones en la jerarquía de la Orden, y que a su vez deben conferirlas, es igualmente esencial. Deben ser conscientes de las responsabilidades que conlleva todo ascenso, de la necesidad de ser ejemplo y guía para sus hermanos y, sobre todo, de no ceder a la tentación de perseguir ambiciones vanas. Cualquier asignación conlleva una enorme carga de responsabilidad, incluidas las opciones operativas, especialmente en una estructura piramidal como la de la Iglesia y la Orden, en la que la asignación de tareas no es el resultado de un proceso electivo, sino de una asignación desde arriba, y en la que las opciones pueden ser -como es deseable- fruto de una consulta, pero son esencialmente responsabilidad exclusiva de quien las asume.