Un año después del inicio de la pandemia, la Orden mantiene su compromiso de solidaridad al más alto nivel

Al comienzo de la reunión del Gran Magisterio, el Gran Maestre, el cardenal Filoni, no tuvo más remedio que hacer alusión a la situación actual relacionada con la pandemia, consciente del sufrimiento que la Covid-19 ha causado y está causando a muchas personas, pero invitó a mirar al futuro con confianza. Recordó en su discurso de apertura que «cuando el agua no puede fluir suavemente en el cauce hasta su destino, busca soluciones sorteando los obstáculos».

Hablando de la labor de la Orden, el cardenal Filoni dijo: «Estamos especialmente contentos de apoyar al Patriarcado latino de Jerusalén y sus actividades, las cuales están ampliando dirigiéndose a una gran parte de la población no cristiana, judía y musulmana. Esto significa dar testimonio del Señor Jesús resucitado a través de acciones y un diálogo que se concreta en la educación de los niños y jóvenes, en las actividades sociales y pastorales. La Iglesia es siempre madre y maestra donde sea y con quien sea, sin presunción, y con verdadera estima por todos».

A continuación tomó la palabra el Gobernador General, el embajador Leonardo Visconti di Modrone. Recordó que el coronavirus había sido «un estímulo para la generosidad de nuestros miembros, pero nos llevó a cerrar el presupuesto de 2020 con pérdidas. Este año -anunció- se presenta mejor, pero los efectos de la crisis económica sin duda se dejarán sentir». El Tesorero, el Dr. Saverio Petrillo, compartió detalles de la situación económica que pueden leer en su entrevista publicada aquí abajo.

Ante el reto actual, se han puesto en marcha varias iniciativas para responder eficazmente a las necesidades y problemas económicos derivados de la crisis de Covid-19. El Gobernador General ilustró brevemente estas iniciativas: se ha reforzado la política de recursos y se han reducido los proyectos en Tierra Santa, ya que varios de los previstos no se han llevado a cabo debido a la situación sanitaria. Al mismo tiempo, se ha dado un mayor impulso a las iniciativas humanitarias con el objetivo de dar prioridad a las intervenciones en apoyo de las personas más necesitadas en Tierra Santa. Por último, se han puesto en marcha acciones de promoción para recoger ofrendas y donaciones.

Es esencial mirar al futuro, como recordó el embajador Visconti di Modrone: «Para nosotros, la Orden del Santo Sepulcro es una realidad moderna que mira al futuro más que al pasado en nuestro compromiso con Tierra Santa». En este sentido, la participación de los jóvenes en las actividades de la Orden ha sido uno de los temas importantes que se han tratado en la reunión.

El Patriarca, Mons. Pierbattista Pizzaballa, que no pudo asistir a la reunión debido a un encuentro a la misma hora con el Presidente israelí Rivlin, envió un mensaje. A continuación, el Director Administrativo del Patriarcado Latino, Sami El-Yousef, tomó la palabra para poner al día a los miembros del Gran Magisterio sobre la situación en Tierra Santa. Dado que trabaja en tres Estados diferentes -Israel, Palestina y Jordania-, las condiciones actuales del Patriarcado latino son muy diferentes, tanto en lo que respecta a las cuestiones sanitarias como a las repercusiones económicas.

Uno de los aspectos que preocupan es el cobro de los costes de matrícula de las cerca de 40 escuelas que gestiona el Patriarcado latino. Está claro que con la crisis actual, muchas familias no han podido pagar lo que debían, lo que ha provocado un déficit de más de siete millones de dólares.

En cuanto a los proyectos, se anunció con alegría el fin de las obras de construcción de la iglesia de San Pablo Apóstol en Jubeiha, un proyecto iniciado en 2016. Los grandes proyectos que el Gran Magisterio había decidido apoyar en 2020 han sido pospuestos a 2021 por razones obvias de ralentización debido a la situación sanitaria, mientras que en 2021 el aumento de fondos seguirá apoyando proyectos humanitarios y pastorales que son claramente centrales en esta fase inmediata de post emergencia. Fue emocionante ver que unas 20.000 personas se beneficiaron del Fondo de Apoyo Humanitario de Covid-19 instituido por el Gran Maestre: el 75% de las contribuciones se destinó a ayudar a las familias de estudiantes que no podían pagar las matrículas escolares, mientras que el 25% restante se destinó a diversas ayudas humanitarias.

Quedan varios retos. Entre ellos, como recuerda Sami El-Yousef, está el deseo y la necesidad de «mantener el mayor número posible de empleados en el Patriarcado latino, evitando así que aumente la escalada de la crisis humanitaria, teniendo en cuenta que el Patriarcado es el mayor generador de empleo cristiano en Tierra Santa, con sus 1.950 empleados». A esto se suma el objetivo de trabajar para crear nuevas oportunidades de empleo, como se viene haciendo desde hace tiempo a través de un proyecto apoyado por la Orden en Gaza para introducir a los jóvenes en actividades profesionales, y reactivar la vida pastoral readaptándola a las exigencias de la pandemia aún en curso.

El profesor Agostino Borromeo, Lugarteniente General y Presidente de la Comisión para la Consulta, presentó una actualización de los trabajos en curso de la Comisión a la luz de los Estatutos recientemente publicados, que deben tenerse en cuenta en el informe final.

En el debate que siguió a la presentación de las últimas informaciones del Patriarcado latino, los miembros del Gran Magisterio se centraron en la difícil situación de las oportunidades educativas de los niños refugiados, principalmente en Jordania. Con el cierre de escuelas y los profesores desbordados por los cursos online, el sistema que se había establecido previamente con franjas horarias de tarde para poder ofrecer una buena oportunidad de educación también a los niños refugiados en edad escolar, se ha interrumpido por razones más prácticas y estructurales que económicas. Sin embargo, se espera que pronto se restablezca una cierta «normalidad» y, mientras tanto, se observa un descenso en el número de refugiados que poco a poco se van trasladando a otros países.

Por su parte, el Arzobispo Prelado y Delegado Pontificio del Santuario de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Mons. Thomas Caputo, aprovechó la ocasión al final de la reunión para recordar la importante figura del Beato Bartolo Longo, modelo de fe y caridad para los Caballeros y Damas de la Orden (pueden encontrar aquí la oración para la canonización de este Caballero).  

A continuación, el Gran Maestre compartió sus observaciones sobre los principales puntos sobre los que llamó la atención de los miembros del Gran Magisterio; el texto completo de estas observaciones puede encontrarse aquí.

(Mayo 2021)