Pongamos nuestra confianza en la Bienaventurada Virgen María, reina de Palestina

Print Mail Pdf

Caballeros y Damas_ basílica de San Pedro

Como cada año al acercarnos a la fiesta de la Bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina, las Lugartenencias se organizan para poder celebrar lo mejor posible el aniversario de la Patrona de la Orden del Santo Sepulcro.

En el Gran Magisterio de la Orden, cuyos miembros se reúnen precisamente estos días para una de las dos reuniones anuales, el 25 de octubre es el momento de participar juntos en la Eucaristía celebrada por el cardenal Edwin O’Brien, Gran Maestre, en la basílica de San Pedro, llevando todas las intenciones de Tierra Santa, antes de compartir un momento de amistad por la tarde en la sede del Palazzo della Rovere.

A partir del sábado 21 hasta el domingo siguiente, el 29 de octubre, las celebraciones se sucederán en las diferentes Lugartenencias.

El 21 de octubre es, por ejemplo, motivo de reunión para que todos los Caballeros y Damas de toda la Toscana en Prato, para confiar la misión de la Orden y toda la población de Tierra Santa a la Virgen María.

En el Santuario de Deir Rafat, a 35 km. de Jerusalén, que se identifica fácilmente gracias a la bella imagen de María que domina y bajo la cual se puede leer «Regina Palestinae», las celebraciones en honor de la Patrona principal de la Diócesis de Jerusalén tendrán lugar el 29 de octubre. Al final de la Santa Misa tendrá lugar una procesión con el Icono de la Bienaventurada Virgen María, Reina de Palestina.

Un vínculo particular de Nuestra Señora, Reina de Palestina con la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro se remonta al pontificado de san Juan Pablo II. En 1983, 50 años después de la institución de la fiesta, san Juan Pablo II – dirigiéndose a los Caballeros y Damas de las Lugartenencias de Italia septentrional y central – les exhortó a ser testigos de Cristo en la vida diaria y a seguir la obra de la Orden en Tierra Santa bajo la protección de Nuestra Señora. Diez años más tarde, en 1993, el Gran Maestre de la Orden, el Cardenal Giuseppe Caprio, pidió a san Juan Pablo II la elección de Nuestra Señora Reina de Palestina como Patrona de la Orden. El Santo Padre respondió el 21 de enero de 1994 por decreto acordando lo solicitado.

Es a aquella que dijo «sí» al plan de Dios, quien llevó en su seno al Salvador, quien recorrió las rutas de Tierra Santa y que sigue hoy extendiendo su manto materno sobre nosotros, que la Orden confía todos los habitantes de su tierra.

En el icono venerado en los salones del Gran Magisterio de la Orden, vemos a María llevar en brazos – los mismos que llevaron al Niño Jesús y después el cuerpo de su Hijo bajado de la Cruz – la ciudad de Jerusalén como la conocemos hoy, con sus edificios sagrados para los creyentes de las tres religiones monoteístas.


(20 de octubre 2017)