Afrontar los desafíos juntos, como una gran familia

El Patriarcado latino de Jerusalén responde a la emergencia sanitaria y económica relacionada con el COVID-19

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Domingo de Ramos en Jerusalén © Studio Sami

Después de las semanas de estrictas restricciones, de marzo a mayo, para tratar de controlar la epidemia, todos esperábamos que las cautelosas aperturas de las últimas semanas marcaran el comienzo de una nueva fase en Tierra Santa. A principios de julio, Sami El-Yousef, director administrativo del Patriarcado latino de Jerusalén habló sobre el tema: «La situación sanitaria general parecía estar bajo control y luego, hace unas dos semanas, el número de casos ha aumentado bruscamente tanto en Israel como en Palestina, mientras que la situación sigue relativamente bajo control en Jordania. Ha casi puesto punto final a la reducción de las medidas de restricción y se asiste casi a un cambio total de posición que ha llevado a nuevos confinamientos localizados en  las zonas más infectadas». Cada país reacciona de manera diferente, especialmente en lo que respecta a la propagación particular del virus.

El aumento de la tasa de desempleo es una preocupación para el futuro y en el campo de la educación se plantea la cuestión de la continuidad pedagógica cuando se reanuden las clases. Hasta la fecha no hay respuestas claras sobre el tema. Por el momento se han suspendido, en su forma habitual, las actividades de verano previstas para jóvenes y se ha optado por actividades con un número limitado de participantes, de conformidad con las directivas de los respectivos Ministerios de Salud relativas a las normas de higiene y distanciamiento social.

Sami El-Yousef detalló las diferentes medidas puestas en práctica en todo el Patriarcado latino en vistas a un apoyo mutuo entre los empleados y las diversas comunas, de modo que puedan ayudarse mutuamente reduciendo los gastos y ofreciendo al mismo tiempo a todos los empleados la posibilidad de seguir trabajando para asegurarse un ingreso en un período tan difícil.

El primer desafío que el Patriarcado latino tuvo que levantar fue el impago de las cuotas escolares. Muchos padres tuvieron dificultades para pagar las cuotas, lo que ha dado lugar a un déficit que ha justificado la creación de un comité de emergencia y la elaboración de un plan de recuperación para maximizar ingresos y reducir gastos. En vista de esta situación, el cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden, hizo en mayo un llamamiento excepcional a los Caballeros y Damas para que prestaran apoyo humanitario por la crisis de COVID-19. Los miembros de la Orden han respondido generosamente a la llamada, conscientes del gran sufrimiento de muchas familias en Tierra Santa hoy en día. Los fondos recaudados se dividirán en dos. La primera parte ayudará a las familias que necesiten ayuda para comprar productos básicos (alimentos, medicinas, etc.) y pagar las facturas diarias. Hasta la fecha, más de 800 familias se han beneficiado de esta ayuda. La segunda parte será para aquellos que acaban de perder sus trabajos y no pueden pagar las cuotas de inscripción de sus hijos en las escuelas del Patriarcado.

Además de esta iniciativa de la Orden, el Patriarcado latino se ha puesto en contacto con muchas diócesis y organizaciones católicas del mundo invitando a la solidaridad y la respuesta también ha sido muy familiar y de carácter local. En abril, los docentes en Palestina recibieron solo una parte de su salario, y en mayo lo mismo ocurrió con los maestros de las escuelas del Patriarcado en Jordania. Recibirán el resto de su salario tan pronto como haya fondos disponibles. Para apoyar a estos trabajadores que actualmente se enfrentan a grandes dificultades, se ha movilizado el resto del equipo, instituciones y municipios vinculados al Patriarcado latino. Sami El-Yousef explica: «Se ha hecho un llamamiento entre los sacerdotes y la mayoría de ellos ha dado parte de su asignación mensual (en algunos casos la totalidad) para el fondo de las escuelas». Y añade: «En junio, todo el personal administrativo del Patriarcado latino, unos 150 empleados, dieron el 20% de sus salarios a este mismo fondo». Para terminar: «En el mes de julio, y en vista de las vacaciones de verano, el personal del Seminario de Beit Jala, la Librería de Cristo Rey y el Centro Nuestra Señora de la Paz darán el 20% de sus salarios».

A pesar del período difícil, las actividades del Patriarcado continúan y Mons. Pizzaballa, Administrador apostólico, ha dado recientemente permiso para comenzar los trabajos de cuatro grandes proyectos aprobados el pasado mes de enero en relación con el Gran Magisterio.

En nombre del Patriarcado, el director administrativo concluyó agradeciendo a la Orden del Santo Sepulcro por sus acciones durante este período: «El extraordinario interés que nos ha mostrado, las oraciones y el apoyo financiero para sus hermanos y hermanas han traído un soplo de aire fresco en este contexto pesimista y las dificultades que el mundo ha estado atravesando desde el comienzo de la pandemia. Tenemos mucha suerte de tener a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén a nuestro lado. Un agradecimiento especial al Gran Maestre, Su Eminencia el cardenal Fernando Filoni, al Gobernador General, Su Excelencia Leonardo Visconti di Modrone, a los miembros del Gran Magisterio, a los miembros de la Comisión para Tierra Santa, a los Lugartenientes y a todos los miembros por su generosidad».


(julio de 2020)