GAUDETE ET EXSULTATE EN LA VIDA DIARIA

La Exhortación apostólica Gaudete et Exsultate inspira la vida de los Caballeros y Damas de la Orden

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Gaudete et Exsultate1

«No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados.
El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios […]
Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente:
a los padres que crían con tanto amor a sus hijos,
en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa,
en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo»

(Gaudete et Exultate 6-7)

 

Seguro que todos hemos sabido a un nivel conceptual que estamos llamados a la santidad y que no se trata de un destino reservado a los eclesiásticos y religiosas que han elegido dedicar especialmente su vida a Dios. Sabíamos seguramente que en virtud de nuestro bautismo, también estábamos llamados a ser santos. Pero es posible que no hayamos creído esta posibilidad hasta el final.

En 2018, el Papa Francisco deseó recordar con sencillez esta vocación común en la Exhortación apostólica que no quería ser un tratado sobre la santidad o sobre los medios de santificación, sino una manera de «hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió “para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor” (Ef 1, 4)». (GE 2)

Hemos pedido a nuestros miembros que nos cuenten en unas palabras cómo les había estimulado el texto del Santo Padre en sus reflexiones sobre su camino de fe dentro de la Orden del Santo Sepulcro. ¿Cómo nos ayuda a encontrar nuestra vía hacia Dios y hacia los demás en la vida diaria nuestra llamada de Caballeros y Damas? El Papa Francisco tomando para sí la intuición del Concilio Vaticano II, «cada uno por su camino», quiso enseguida huir de cualquier tentación de homogeneización: «Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando imitar algo que no ha sido pensado para él». (GE 11)

«Hemos sido llamados a ser santos en lo que somos. Para mí esto significa que tengo que ser santo sobre todo como esposo y padre, pero también como Caballero del Santo Sepulcro», confía Petar- Kresimir. «Al leer la Exhortación me sentí animado a aceptar las Bienaventuranzas como una guía segura por el camino de la santidad. Me he dado cuenta de que deberían ser el carné de identidad que recibí el día de mi bautismo, una tarjeta que no tiene fecha de caducidad ya que ha sido creada para la eternidad».

Dentro de la Orden hay muchos matrimonios que viven su llamada a la santidad a partir de su dimensión conyugal. María y Adolfo nos cuentan: «Este amor extremo de Cristo que tomamos en el amor conyugal es lo que debe configurar nuestra existencia. Sin embargo, ese amor no sería fecundo si entendemos esa palabra solamente en relación con los hijos que nacen como fruto del matrimonio, sin ampliar nuestro corazón al servicio de los demás ». Esta dimensión del amor ampliado es lo que propone vivir la Orden, abriéndose cada vez más a las necesidades de nuestros hermanos en Tierra Santa.

«Los fieles laicos necesitan sentir ahora más que nunca que forman parte de la Iglesia católica y saber que la santidad es accesible a todos», comenta Claude Grbesa, Delegado magistral para Croacia que anuncia que la lectura de Gaudete et Exsultate formará parte de un programa de formación para los futuros miembros.

«La doble misión específica del Caballero y Dama del Santo Sepulcro, que están llamados constantemente a profundizar y afianzar su fe y a sostener la presencia cristiana en Tierra Santa – sigue diciendo – crea una situación favorable para avanzar en el camino de la santidad». Ese camino se vive en comunidad y es precisamente por ello que la vida de la Lugartenencia y Delegación magistral se esfuerza para ofrecer a cada miembro un contexto adaptado de acompañamiento e intercambio.

Respecto a esto, Roberto comparte la experiencia que vivió en un periodo complicado de su historia, durante la cual «la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro le dio un Presidente de Sección que fue un verdadero padre espiritual para él, un sabio consejero además de ser un brillante ejemplo. Como también lo fue después otro de los cofrades». Y añade también: «Y como prueba de que el Señor no nos abandona nunca durante nuestra jornada, está el hecho que al lado nuestro se encuentran los centinelas que nos ayudan a quedarnos despiertos para no desanimarnos frente a las pruebas y mirar siempre hacia la cima. Puedo decir con franqueza que he encontrado, por mi parte, a esos centinelas gracias a la relaciones con la Orden, descubriendo de nuevo con mucho más entusiasmo y vitalidad el sentido de la promesa que hice en el altar».

En el mes de agosto de 2018, la Lugartenencia para Australia New South Wales decidió dedicar su jornada anual de retiro precisamente a la reflexión sobre la Exhortación apostólica Gaudete et Exultate, particularmente pertinente para una orden laica como la nuestra. Predicó el retiro sor Isabell Naumann, profesora ordinaria en el Instituto católico de Sídney. Sor Isabell invitó a los participantes a reflexionar particularmente el parágrafo 14 de la Exhortación, intentando completar el texto con una respuesta personal: ¿Ustedes son Caballero o Dama? Sean santos...

Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales. (GE 14)

Cada uno de nosotros podría quizás hoy colocar su propia historia delante del Señor, en la oración, y preguntarse sobre la manera en la que su vida está llamada, concretamente, a dar frutos de santidad.

Durante el año 2019 compartiremos en nuestras publicaciones ciertos testimonios completos que recibiremos durante los primeros meses para seguir alimentando nuestra reflexión sobre el tema de la santidad.


Elena Dini


(primavera 2019)

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Con gran placer he leído en vísperas de la Consulta la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate...

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