Un año especial dedicado a san José

«La vida espiritual que san José nos muestra, no es un camino que explica, sino un camino que acoge»

Print Mail Pdf

San_Giuseppe «Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén».

La Carta Apostólica Patris Corde (con corazón de padre) firmada el pasado 8 de diciembre por el Papa, nos propone vivir un año especial dedicado a san José; hasta el 8 de diciembre de 2021. El Santo Padre recuerda así el 150 aniversario de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia universal por el beato Pío IX.

«Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo», subraya el papa Francisco, considerando que «todos pueden encontrar en san José – el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta – un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad».

Invitándonos en primer lugar a contemplar en José un «Padre amado» que enseñó a caminar a Jesús, tomándolo de la mano y revelándole la ternura de Dios, el Papa insiste en la importancia de aprender a «aceptar nuestra debilidad con intensa ternura». «Muchas veces pensamos que Dios se basa sólo en la parte buena y vencedora de nosotros, cuando en realidad la mayoría de sus designios se realizan a través y a pesar de nuestra debilidad», escribe, añadiendo que «José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad». «En medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia», insiste el Santo Padre.

Después evoca a José como un «Padre en la obediencia», que en cada circunstancia de su vida supo pronunciar su “fiat” como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní: «En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn 4,34)». Francisco habla de José como de un «Padre en la acogida »: «José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia».

«Si no nos reconciliamos con nuestra historia, ni siquiera podremos dar el paso siguiente, porque siempre seremos prisioneros de nuestras expectativas y de las consiguientes decepciones», también comenta el Santo Padre con una sabiduría llena de humanidad. Añade que «la vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge». «Sólo a partir de esta acogida, de esta reconciliación, podemos también intuir una historia más grande, un significado más profundo», nos hace resaltar paternalmente el Papa.

El carpintero de Nazaret es también un «Padre de la valentía creativa» que sabe transformar un problema en oportunidad, confiando siempre en la Providencia. Es también un «Padre trabajador». A este respecto Francisco considera que «la pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades».

Para terminar, José es un «Padre en la sombra». «Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir», indica el sucesor de Pedro, alabando el hecho que José siempre supo descentrarse, «para poner a María y a Jesús en el centro de su vida». «Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad, debemos recordar que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo” que nos evoca una paternidad superior. En cierto sentido, todos nos encontramos en la condición de José: sombra del único Padre celestial, que “hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5,45); y sombra que sigue al Hijo».

El Papa nos dice para concluir que «el objetivo de esta Carta apostólica es que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución».

En la Orden del Santo Sepulcro, no solo los Caballeros que son padres de familia, sino también los pastores – padres de los que recibimos apoyo espiritual – y las Damas, todos desearán de todo corazón profundizar en esta Carta Apostólica; ayudará a todos y cada uno a tomar conciencia de la relevancia del mensaje de San José, «esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana».

 

 

F.V.

 

(Enero 2021)