Tres días para una resurrección

Breves ecos del viaje de Nuestro Gran Maestre a Irak

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Con motivo de la visita del Papa a Irak, el cardenal Filoni (Gran Maestre) que formaba parte de la delegación papal, recibió cálidos mensajes de muchos dirigentes locales de la Orden en todo el mundo. Después de leer estas cartas conmovedoras y espiritualmente profundas, el Gran Maestre decidió escribir unas líneas para compartir sus impresiones con los Caballeros y Damas de la Orden, sabiendo que contribuyeron al éxito del evento con sus oraciones.

 

A pesar de que el país estaba «blindado» por razones de seguridad y debido al Covid, la gente pudo participar siguiendo en todo momento las palabras del Papa y los momentos más destacados en la televisión. Estoy muy contento de haber participado, por invitación del Papa Francisco, en esta visita pastoral tan deseada por los iraquíes y, en particular, por los cristianos y las minorías.

Después de tantos años de malas noticias, violencia y traumas humanos y sociales, tuve la impresión de que Irak - después de una larga Cuaresma - había celebrado el día de la «Resurrección», su Pascua. Así que pensé en este acontecimiento histórico, que para mí también fue rico en emociones al volver a ver lugares y personas con los que había compartido sufrimientos y esperanzas.

Ur era el lugar simbólico más fuerte para el diálogo entre las religiones monoteístas que hacen referencia al patriarca Abraham. Mosul y Qaraqosh han sido lugares emblemáticos: para los habitantes de Mosul que vieron la antigua ciudad destruida y saqueada; y para los cristianos de Qaraqosh, expulsados incluso de los pueblos cercanos durante la terrible ocupación del Estado Islámico (2014-2017). La catedral siro-católica de Bagdad fue el lugar-símbolo del martirio de muchos cristianos: muchos sacerdotes, niños, mujeres y hombres fueron masacrados allí por el fanatismo terrorista.

Sin embargo, fue aquí donde conocí a la joven Luce (no es su verdadero nombre). Cuando la vi por primera vez en 2001, tenía pocos meses, con focomelia, pero su mirada era brillante e inteligente. No fue «eliminada» porque fue acogida por las Hermanas de la Madre Teresa que trabajaban en Irak con la aprobación del hombre fuerte de la época (Saddam Hussein). Hoy es una joven de rostro dulce y amable, que habla inglés. Nos miramos con asombro mutuo.

Para mí, fue el milagro de la caridad y la vida que es más fuerte que cualquier prueba.

 

Fernando Cardenal Filoni

 

(Marzo 2021)

 

El viaje del Papa a Irak da esperanza a los cristianos de Oriente Medio

 

«Un signo de esperanza» es como el papa Francisco describió su viaje a la Tierra de Abraham, que fue también el viaje de toda la Iglesia. «Alabemos a Dios por esta visita histórica y sigamos rezando por esta Tierra y por Oriente Medio», añadió en la audiencia general del 10 de marzo, dejando clara la importancia de este acontecimiento para toda la región, más allá de Irak. A este respecto, el Santo Padre evocó el símbolo oriental de la palmera, que sigue creciendo y dando frutos a pesar de las guerras, subrayando que así es la fraternidad: «no hace ruido, pero es fecunda y nos hace crecer».

De hecho, hemos visto que las acciones del Santo Padre en Irak durante tres días, del 5 al 8 de marzo, traen una esperanza de resurrección para todos los cristianos de Oriente Medio. El Papa eligió anunciar su deseo de visitar Irak el 10 de junio de 2019 ante los participantes de la ROACO (Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales), de la que forma parte la Orden del Santo Sepulcro, como queriendo dar un sentido más amplio y vivirlo en comunión con las Iglesias de Oriente extendidas desde el Nilo hasta el Éufrates, pasando por todos los territorios bíblicos...

Efectivamente, los cristianos llevan viviendo dos milenios en los territorios bíblicos, deberían tener los mismos derechos que los demás habitantes y poder vivir libremente en las tierras de sus antepasados, en armonía con todos.

Este es el mensaje que Francisco dio en la única foto de su encuentro fraternal con el gran Ayatolá Ali al-Sistani, en Nayaf, que continuaba con los musulmanes chiíes el camino emprendido en compañía de los musulmanes suníes desde el inolvidable encuentro de Abu Dhabi. Como recordó en Bagdad el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca caldeo, la presencia de los cristianos en Oriente no es una casualidad, sino un plan divino, una misión y una vocación. Con su presencia promueven tanto el pluralismo como el respeto mutuo, valores necesarios para que una sociedad no se encierre en un egoísmo autorreferencial y dominante que siempre es fuente de injusticia, conflicto y sufrimiento.

Los cristianos que han emigrado a causa de las dificultades están llamados a regresar a sus ciudades y pueblos, como es el caso de Mosul y Qaraqosh. El viaje del Papa a Irak anima a todos los cristianos de Oriente Medio a seguir dando testimonio del amor de Cristo en medio de nuestros hermanos musulmanes, con la humildad de los verdaderos discípulos de Jesús. Nos corresponde apoyar a estos cristianos que son para todos nosotros un modelo de coraje y coherencia evangélica.

La Iglesia universal los necesita; incluso diría que la Iglesia universal está más cerca de Cristo gracias a ellos.

 

François Vayne