«La Orden es una expresión del abrazo universal de la Iglesia» la intervención de Mons. Pierbattista Pizzaballa en la Consulta

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Los participantes de la Consulta tuvieron la suerte de disfrutar varios días de la presencia de Mons. Pierbattista Pizzaballa, Administrador apostólico del Patriarcado latino de Jerusalén, quien compartió varias reflexiones respecto a la situación de Tierra Santa y se rindió disponible para responder a las numerosas preguntas de los Lugartenientes y Delegados magistrales, que sacaron provecho de esta ocasión.

«Ya he tenido la suerte de conocer a muchos de ustedes en Tierra Santa. Es una buena señal su presencia constante en esta tierra y eso también me permite decir que me siento en familia aquí, volviendo a ver caras e historias que ya conozco y doy gracias al Señor por ello», declaró Mons. Pizzaballa al inicio de la Consulta.

Al recordar la naturaleza divina de la Iglesia, el Administrador apostólico afirmó en primer lugar: «Nadie es indispensable y la Iglesia en Tierra Santa, incluso sin la Orden del Santo Sepulcro, sobreviviría ya que es el Señor el que se ocupa de todo. Sin embargo – continuó diciendo con palabras claras – una gran parte de las actividades de la Iglesia en Tierra Santa son posibles gracias a su presencia y ayuda. Damos gracias al Señor por ello y también a cada uno de ustedes porque si hoy la Iglesia de Tierra Santa, a pesar de todos sus límites y problemas, sigue pudiendo expresar la presencia de Dios en esa tierra con energía y vitalidad es también gracias a ustedes».

Las actividades llevadas a cabo gracias a diferentes proyectos, pero sobre todo gracias a las parroquias, escuelas y hospitales del Patriarcado, están acompañadas con cariño y atención por los miembros de la Orden. «Estamos a veces enfrentados a dificultades y tendemos a ser negativos a veces frente a la realidad. Con todo, cuando pensamos decir que no llegamos a hacer lo suficiente, llega un Lugarteniente con su grupo, que nos pide que encontremos una iniciativa nueva, nos obliga en cierto modo a ponernos de nuevo en juego y a ver los buenos lados de todo, más allá de los problemas. Sus ojos apasionados nos ayudan a ver nuestra realidad con una mirada siempre renovada».

Las cuestiones que hay que abordar son muy numerosas y la Administración apostólica mencionó varias durante la reunión: dificultades que están atravesando todas las iglesia en Oriente Medio con la disminución de los sacramentos, debido en parte a la baja natalidad, causada por la dificultad de fundar una familia en situaciones como la de Gaza, incluso en Jerusalén. En lo que concierne al problema del paro, Mons. Pizzaballa insistió en la importancia de la autonomía de las oportunidades y proyectos: «En el sur de Jordania se han puesto en marcha pequeñas actividades en las que ciertas mujeres hacen queso y ricotta. Eran familias que se preparaban a partir para Ammán y así han podido quedarse. Las iniciativas de este tipo necesitan una ayuda inicial, pero después es necesario que puedan autofinanciarse».

Más allá de los agradecimientos por la ayuda material ofrecida por la Orden, lo que más emocionó a los participantes de la Consulta fue el hecho de comprender que la oración y el interés por Tierra Santa no es un aspecto secundario para nuestros hermanos que aún viven hoy en la tierra de Jesús: «La Orden es una de las expresiones del abrazo universal de la Iglesia –declaró Mons. Pizzaballa– y el hecho de saber que existen 30.000 Caballeros y Damas en el mundo es como decir que existen 30.000 personas que se interesan y rezan por la Iglesia en Tierra Santa. Es un hecho tranquilizador que nos indica que no estamos solos».


Elena Dini


(diciembre 2018)