Acerca de la Investidura

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Angolo del Gran Maestro_ gennaio 2023_Spada

Muchos de ustedes habrán visto la foto de la ceremonia de investidura en Nápoles que publicamos en la Newsletter nº 67 y que reproducimos aquí. Esta foto me brinda la oportunidad de repetir una vez más que el papel de la «espada» no ha desaparecido del Ritual, sino que la encontramos en la Vigilia de Oración en el momento en que se invita a los candidatos a recibir sus símbolos: para las Damas el «Jarrón de aceites perfumados» y, para los Caballeros, las «Espuelas» y, precisamente, la «Espada».

«La Espada» en el momento en el que es presentada al candidato-Caballero, debe ser tomada en la mano, llevada a la altura de la frente y mantenida en esa posición durante unos segundos. El candidato podrá, en ese preciso momento, reflexionar sobre el sentido de ese símbolo que es el de su compromiso al servicio de la verdad, la justicia y la lealtad; verdaderas virtudes caballerescas. De este modo, no solamente no desaparece el valor simbólico, sino que es integrado al espíritu de la Orden, ya que nuestra Orden está vinculada al Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor; la «Cruz Procesional», colocada en el hombro del nuevo Caballero o Dama, es pues el instrumento más apropiado para la Investidura.

Me gustaría añadir una última observación que me parece importante: mientras que la «Espada» permanece en el campo simbólico (con significados discutidos), la Cruz, como sacramentum fidei (vínculo de la fe), está unida al misterio de la muerte de Jesús; así la Cruz, de patibilum (instrumento para los condenados), se convierte en Signum salvificum (signo de salvación).


Ahora, con la imposición sobre el hombro de este Signum salvificum (la Cruz Procesional), la fórmula constitutiva («Te constituyo...»), la entrega de la Cruz (del cuello) y del Manto, se realiza el novum (novedad), y el Caballero y la Dama asumen su nueva y alta dignidad.

Fernando Cardenal Filoni

 

(Enero de 2023)