«¿Es justo decir que nuestra Orden es una Orden religiosa de laicos?»

(Una pregunta de Paco García Burgos, Caballero del Santo Sepulcro, Lugartenencia para México)

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Angolo GM_Novembre 2022

Una realidad eclesial moderna

 

Nuestra Orden no es una Orden religiosa, sino una «Orden ecuestre pontificia» formada por laicos en la que tienen cabida religiosos y religiosas. Somos una institución con personalidad jurídica que, en virtud de su actividad, funciona como «organización central de la Iglesia católica». Todos sus miembros, hombres y mujeres, son efectivamente personas bautizadas, fieles a Cristo. Los responsables ejecutivos de la Orden del Santo Sepulcro (Lugarteniente General, Gobernador General, Vicegobernadores, Lugartenientes y Delegados Magistrales), son todos laicos, voluntarios y no asalariados. Entre los responsables más destacados, dos son eclesiásticos: el Gran Maestre, elegido por el Papa, y el Asesor, elegido con el consentimiento del Papa.

Los Grandes Priores, Priores y religiosos y religiosas que pertenecen a la Orden tienen una misión de acompañamiento espiritual de los miembros, en coordinación con los Lugartenientes y Delegados Magistrales.

Deseamos que los laicos, que son el mayor número en todos los niveles de la Orden, sepan vivir en profundidad su bautismo, en virtud del cual son «sacerdotes, profetas y reyes». Están llamados, con el apoyo de la oración, a dar testimonio de la Palabra de Dios vivida en la vida cotidiana, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ellos, ya que son miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, y comparten, con Cristo, la dignidad de hijos del Padre en el Reino de Dios.

Así, nuestra Orden, aunque muy antigua, es una realidad eclesial moderna en su misión porque participa de la preocupación del Romano Pontífice por los Santos Lugares y las instituciones católicas de Tierra Santa. Esta misión se alimenta dando importancia primordial a la santidad personal (espiritualidad) y a la práctica de la fe en todos sus contenidos y en todos los estados de vida de los miembros.

Deseo reforzar estos aspectos particulares de nuestra institución animando a los miembros laicos a seguir una formación cristiana permanente, que incluya una peregrinación frecuente a Tierra Santa, para que sean cada vez más misioneros del Evangelio de Cristo en la sociedad actual, donde Dios es ignorado con demasiada frecuencia.

Queremos vivir la corresponsabilidad de forma sinodal, ser un ejemplo de «familia» donde se cultive el diálogo y la fraternidad entre las diferentes vocaciones, por un noble ideal.

 

Fernando Cardenal Filoni
Gran Maestre

(Noviembre de 2022)